
Desde hace muchos años que todas las Autoridades y Organizaciones en nuestro país hablan del camino que sigue Chile para lograr el desarrollo económico y social, impulsando para ello distintas políticas públicas que apuntan en esa dirección, señalando también, en sus orientaciones y también en sus discursos, la necesaria atención y ocupación que merece la Educación para alcanzar tan ansiado desarrollo.
Los "estudiantes" han sentido, y ahora aclamado, que ya fue el tiempo de los discursos y las promesas y ahora es el tiempo de la acción, pero favoreciendo una Educación de Excelencia, Calidad y Gratuidad. Sin duda el debate es amplio, pues las miradas son muy variadas, dispares e incluso extremas, lo que lleva necesariamente al trabajo y análisis de una mesa amplia y no excluyente, donde estén representadas todas las partes, donde se logre, finalmente, un consenso y se de paso, en consecuencia, a una gran reforma educacional en Chile, sin perder de vista que su objetivo principal es alcanzar el desarrollo económico y social que el país aspira.
Parece fácil asumir el desafío, pero los enfrentamientos que han ocurrido en los últimos días, sino meses ya, entre líderes estudiantiles y Autoridades, originando verdaderos choques y desórdenes públicos, han colocado a nuestro país en un complejo escenario de efervescencia social. Se acusa a unos de falta de respeto a la Autoridad, de sobrepasar los límites permisibles y de coartar la libertad de muchos otros compatriotas en su afan de realizar tranquilamente sus actividades cotidianas, y a otros de actuar con intransigencia, represión y exceso de autoridad. Por otro lado, el resto de los compatriotas nos abanderizamos por una u otra parte, muchas veces incluso sin entender completamente el problema o sin evidenciar la gran importancia que tiene la educación en el país y sus repercusiones para su futuro.
La situación que hoy vivimos y en el contexto en que se desarrolla, ya no puede pasar inadvertida por nadie, estimando muy necesario que todos hagamos un esfuerzo por terminar las descalificaciones, acusaciones y desautorizaciones, haciendo eco al llamado de aunar los esfuerzos para lograr una mesa de consenso que finalmente logre la tan añorada reforma educacional.
Cordialmente, Director PSUB.
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