9 ago 2015

Sucumbimos, una vez más, frente a la grandeza de la Naturaleza

El último temporal que "azotó" la costa central de Chile, el pasado 6, 7 y 8 de agosto del 2015 nos mostró una vez más que la naturaleza gobierna con leyes superiores a las del hombre y que, por mucho que queramos hacer, ella vencerá todas nuestras barreras y finalmente impondrá su voluntad sobre la nuestra.
Esta meditación obviamente no es nueva ni tampoco poco conocida, ... desde niños estamos escuchando que frente a la naturaleza, no hay nada que hacer y que, por lo tanto, debemos respetarla: "...cuidado con el Mar, respétalo", "...cuidado con la Montaña", "...cuidado con la nieve", etc.
Sin embargo nuestra característica humana de omnipresente y de ser superior de la tierra, nos hace olvidar o pasar por alto algunas cosas fundamentales y que debemos tener siempre presente. Una de ellas es nuestra edad relativa -de un promedio de 70-90 años, según el país o zona geográfica donde vivamos- con respecto a la tierra y, por ende, de la naturaleza -de alrededor de 4.500 millones de años-. Por otro lado, otro de los desafíos que permanentemente hacemos a la naturaleza es instalarnos en zonas de mucha dinámica y permanente movimiento,...aquí hablo de zonas costeras, playas, laderas de cerros o montañas, etc.
Así, enfrentamos a la naturaleza, casi desafiándola, viendo que en 5, 10 o quizás 20 años de nuestras existencias "nada" ha pasado y, en consecuencia, levantando grandes construcciones de habitabilidad, turismo, en fin, pensando que la hemos vencido, sin saber que, todo lo contrario, solo se cumple el ciclo natural de ella, que cada cierto tiempo muestra todo su esplendor generando grandes tormentas, terremotos, tsunamis, huracanes, aluviones, etc. -que no son otra cosa que su propio ciclo natural de existencia-, arrasando sobre todas aquellas obras diseñadas por el hombre y, lamentablemente, generando una gran catástrofe sobre las personas y sus efectos personales. La característica de "desastre natural", no es porque la naturaleza haya arrasado sobre nosotros, sino que porque nosotros invadimos su territorio y su ciclo de vida con construcciones y barreras donde nunca debieron ser instaladas.
Esto ha pasado desde que el hombre existe en esta tierra, por cierto mucho tiempo después del nacimiento de este mundo. El consuelo, si es que así podemos llamarlo, es que hoy día estamos en un mundo mucho más globalizado, mas comunicado, con mayor acceso al conocimiento y en tiempo real y, por lo tanto, nuestros futuros líderes tendrán mejores herramientas para las grandes decisiones relacionadas a nuestra convivencia con la naturaleza.

Cordialmente, Director PSUB.


No hay comentarios:

Publicar un comentario